Por Lic. Lizette O. Núñez Amaya / Psicóloga de Primaria Menor
La comunicación es el centro para una buena relación entre padres e hijos, en donde se va formando valores y desarrollando una inteligencia emocional.
El comunicarnos asertivamente nos permite expresarnos en libertad, con honestidad y empatía, respetando siempre a la otra persona.
Al existir una verdadera comunicación entre los familiares se mantiene una relación estable y duradera, de respeto y afecto.
Para ello, existen algunos puntos claves que podemos trabajar en familia:
● Es importante cuidar el lenguaje no verbal, ya que solo las palabras no son suficientes para comunicar los pensamientos con asertividad, también se necesita del correcto tono de voz y la postura corporal al momento de hablar.
● Hay que mostrarse coherentes entre lo que decimos y hacemos, es decir, si comunicamos una cosa y terminamos haciendo otra cosa, se resta valor a las palabras y eso podría dañar la confianza entre familiares.
● La empatía nos permite conectar con los sentimientos, pensamientos, y deseos de los otros miembros de la familia.
● Reconocer los errores nos enseña a sobreponerse a la adversidad, generando estrategias para manejar diversas situaciones. De esta manera cada miembro de la familia reconocerá sus defectos y virtudes.
● Realiza preguntas que promuevan una conversación en familia y no solo se obtengan respuestas cortas.
– ¿Qué fue lo mejor que te pasó en el colegio?
– ¿Cual es el lugar más padre del colegio?
– Si hoy hablo con tu maestra, ¿qué crees que me diga de ti? – ¿Qué aprendiste hoy?
– ¿Cómo ayudaste a tus compañeros o maestra hoy?
– ¿En qué momento estuviste más feliz?
– ¿Cuéntame algo bueno qué pasó hoy?
– Si mañana pudieras ser el/la maestra ¿qué cosas harías?
El fortalecer esta comunicación con nuestros hijos, nos ayudará a mantener siempre esa cercanía, confianza y seguridad.